miércoles, 15 de enero de 2014

¿Cómo se podría evitar el mal?

Nuestra estructura social basada en la culpa y la responsabilidad, no ha funcionado. Nunca se vivió con tanta violencia . Prácticamente todos somos prisioneros de una sociedad violenta e irresponsable, generada por el comportamiento colectivo.

Cuando caminamos por las calles y se identifican los problemas sociales, nuestra reacción es dar la espalda, porque pensamos que no nos concierne. Después de todo, pagamos impuestos y sostenemos gobiernos que deben asumir la responsabilidad de estos problemas sociales.

Las personas que trabajan en las administraciones convencionales son tratados como niños y adultos no responsables. La ironía es que, aun así, miles de personas quieren recibir este tratamiento porque están desempleadas.

Tenemos en cárceles a miles de otras personas que han cometido pequeños delitos, y tenemos la mayor tolerancia a los grandes criminales. La justicia es realmente ciega, que no ve las injusticias que se cometen en su nombre.

Mantenemos una casta privilegiada que se distraen haciendo discursos y generando leyes inútiles, cuando lo que deberían hacer es resolver los problemas sociales. Prefieren convertir sus tribunas en los mostradores de negocios personales.

Vivemos con distorsiones salariales absurdas, prestando estos privilegiada con los fondos recaudados por los impuestos a los pobres, cuando consumen productos esenciales.

Somos tolerantes con la corrupción, como un hecho consumado y respetamos estos delincuentes como alguien que merece nuestra admiración por haber se tomado rico. No importa el origen.

De hecho, estamos muy injustos y pagamos por esta injusticia. En un mundo basado en la injusticia es demasiado fácil para que alguien tome el comportamiento antisocial. De hecho, el comportamiento de este individuo no es una crema, ni responsabilidad atávica, sino una consecuencia de una estructura social absurda. En un mundo justo, seguro que su mala conducta sería mucho más soportable por la sociedad. Nosotros mismos es que creamos una sociedad, es decir, el medio de lo cual surgen las aberraciones sociales.

La ola de violencia que aflige y atormenta a nuestra vida social es generada por nosotros mismos. Las distorsiones son desviaciones de la estructura injusta que predispone a la existencia de ellas.

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