lunes, 13 de enero de 2014

Juicio y castigo.

La dificultad de definir lo que es objetivamente bueno o malo no impide que las comunidades establezcan sus reglas de comportamiento social. Lo que se necesita es tener en cuenta que estas reglas son establecidas por las personas como consecuencia de los condicionamientos sociales que actúan sobre ellas y que son temporales, porque lo que está sentenciado hoy puede ser aceptado mañana, y también lo contrario. Estas reglas no son absolutas, ya que la aplicación de ellas no consigue la opinión unánime de los jueces.

Ser consciente de la relatividad del bien y el mal es muy útil para nosotros para evitar asumir el papel de jueces, deseosos de aplicar castigos. Incluso porque el castigo puede ser la manera más fácil para que alguien no sea realmente castigado. Es muy común que las personas que han actuado para dañar a los demás cuando sancionados socialmente, se sienta liberado de la carga de la culpa, porque ya ha cumplido su condena . No por cualquier otra razón que está evolucionando castigo, obligando a hacer algo para corregir el daño social causado, y no sólo se aplicar una pena temporal e improductiva que no rescate nada, pero , por el contrario , aún sea más onerosa la sociedad ofendida .

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