miércoles, 8 de enero de 2014

Somos un holograma de nuestra "conciencia".

Para comprender nuestra individualidad, tenemos que rescatar al holograma, algo que sólo recientemente ha sido asimilado por nosotros, y nos ayuda mucho para situarnos en el contexto de este universo convencional y limitado. El libro “El paradigma holográfico”, de K. Wilber es una colección de textos muy interesantes sobre este tema.

Cada pieza del holograma tiene el todo en sí misma, de tal manera que si expandida, restaura el todo. Por lo tanto, un holograma, cuando se expande un pedazo de la cola de la figura de un caballo, lo que se obtiene no es esto poco más grande en tamaño, pero el caballo por completo. La pieza puede ser individualizada, pero cuando se aumenta, lo que tenemos es la figura de la cual formaba parte.

Así somos nosotros, una pieza sencilla y sin pretensiones de holograma de nuestra "conciencia ", el alma , o espíritu, que nos llevó nuestro cuerpo como un instrumento, a través del cual se pone en contacto con el universo, el cual, a su vez, es reconocido por dicho organismo.

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