viernes, 24 de enero de 2014

Seguimos existiendo después de la muerte.


Pormás séptico y racional que queremos ser, lo que conocemos del universo nos asegura que no somos un sistema biológico que deja de existir cuando pierde su sustrato material. Desparecer es lo que nos angustia ante la muerte porque queremos seguir existiendo.

Antiguamente era común que teníamos una individualidad. Hoy es diferente. Cuando, por ejemplo, se rompió un matrimonio y se fue a una nueva relación, prácticamente estamos estableciendo una nueva individualidad. Cuando cambiamos empleos e incluso la profesión, nos enfrentamos a una nueva individualidad. Cuando nos mudamos a otra ciudad o país, estamos empezando de nuevo una nueva vida. Ejemplos son muchos. La excepción es hoy en día una persona que tiene una sola vida.

Nosotros nos constituimos antte los demás, por lo tanto , podemos tener más de una vida. Con la muerte del cuerpo se pierdem las relaciones que se establecen a partir de ello, pero conservase todas las demás que son independientes de ello. No hay razón para ser diferente. No sería lógico que el cuerpo, convirtiéndose en energía, también suprima el resto de la energía que nos diferencia. Recuerde que no es porque se murió que una persona deja de ser amada, el amor es energía armónica.

El hecho de que estamos usando un cuerpo humano es un episodio, no es más que un episodio, ciertamente simultáneo con otros episodios. Recuerde que la "conciencia" no tiene límites, y puede experimentar diferentes situaciones de manera simultánea, entre ellas las de los seres humanos, sobre todo porque esta opción tiene un límite de tiempo de existencia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario